viernes, 22 de noviembre de 2013

Consumir frutos secos reduce la mortalidad un 20%

Aquellas personas que consumen siete raciones o más de frutos secos a la semana tienen un 20 por ciento menos de posibilidades de morir por afecciones cardiovasculares, cáncer y afecciones respiratorias que las que no los comen. Estas son las conclusiones obtenidas tras una investigación llevada a cabo por varias instituciones norteamericanas, y publicada en la revista New England Journal of Medicine.



Tras ser uno de los estudios más completos realizados hasta el momento sobre la materia, el equipo de investigadores analizó la evolución de 119.000 personas, seleccionando entre los participantes a aquellos que no tenían ningún tipo de antecedente de cáncer, enfermedades cardiovasculares  o infartos cuando comenzó el ensayo. Además, para descartar otros factores que pudieran influir en los resultados, analizaron exhaustivamente los datos, observando que aquellos que comían más frutos secos también tomaban más frutas y verduras, bebían menos alcohol, fumaban menos y usaban complementos vitamínicos.

El estudio se inició en 1980 y participaron en torno a 76.500 mujeres y 42.500 varones, enfermeras y profesionales de la salud. Los participantes fueron sometidos a la ingesta de diferentes dosis de frutos secos y los datos analizados demuestran que la frecuencia y el consumo regular de frutos secos, se asocia inversamente con la mortalidad total y con un menor riesgo de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares y la diabetes tipo 2.

Estos 30 años de investigación devuelven datos consistentes con los hallazgos de estudios anteriores publicados, con menor muestra, y confirman la relación inversa consumo - mortalidad con independencia del tipo de fruto consumido.

Por tanto, ¿qué propiedades protectoras tienen estos alimentos, que confirman estos beneficiosos efectos sobre la salud?

Según los investigadores, el beneficio de los frutos secos reside en la gran cantidad de nutrientes que aportan; ácidos grasos insaturados, calcio, proteínas de alta calidad, fibra, vitaminas, minerales o los fitoquímicos como los flavonoides, carotenoides…

Esta particular composición que tienen podrían ser la clave de sus propiedades cardioprotectoras, anticarcinogénicas, antiinflamatorias y antioxidantes y constituyen un excelente ingrediente gastronómico.

De manera que, a qué esperas para introducir en tus recetas almendras, piñones, castañas, avellanas, pistachos, cacahuetes, nueces o anacardos.


Fuente: New England Journal of Medicine 

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