- 4 huevos
- Una taza y media de azúcar
- Una taza y media de harina
- Una taza de aceite
- Dos tazas de zanahoria rallada
- Media taza de nuez picada
- Pizca sal
- 1 cucharadita de vainilla
- 2 cucharaditas de canela en polvo
Ingredientes para el frosting de queso
- 250 gr.de queso Philadelphia
- 250 gr. de azúcar glass
- 55 gr. de mantequilla
- Una cucharadita de extracto de vainilla
Bate los huevos muy bien,
añade el azúcar, la harina y el aceite y sigue batiendo. Al final se agrega la
zanahoria, la vainilla, la canela y la nuez. Reserva algo de la mezcla del frosting para
la masa. Mételo una hora en el horno a 180º.
Déjala enfriar y consérvala
en la nevera, porque está más rica de un día para otro.
¡Que aproveche!
Esta
semana hemos querido dedicarle nuestro espacio a las zanahorias, que tan mal
aprovechadas las solemos tener.
¿Sabías que esta hortaliza
constituye un nutriente fundamental para el ser humano?. Son una importante fuente de vitaminas A y E. La primera de ellas, vitamina
A o retinol, ayuda a la
formación y a mantenimiento de unos dientes sanos, así como a los tejidos blandos y
óseos y especialmente para la piel, por lo que está muy recomendada en personas
con infecciones respiratorias o con la piel seca. La segunda de ellas, El α-tocoferol
o vitamina E es una vitamina liposoluble que actúa como antioxidante interno
(hemoglobina de los glóbulos rojos).
Pues las zanahorias
contienen todos estos nutrientes, y un valor energético bajo que les permite
ser el alimento ideal para la preparación de recetas sanas y ligeras. Además,
poseen minerales y carbohidratos, y aunque están formadas mayoritariamente por
agua, aportan una gran cantidad de
energía. Su color se debe a la presencia de betacaroteno -provitamina A- porque
el organismo lo convertirá después en vitamina A.
Está especialmente indicada
para aquellas personas que necesitan un aporte extra nutricional como en periodos de crecimiento, embarazo o lactancia.
Más Que Gourmet os acerca
una exquisita selección de mermeladas de hortalizas, -entre ellas una deliciosa
de zanahoria-, y nosotros te proponemos algunas maneras diferentes de combinar
este rico y versátil alimento, gracias a su sabor suave y sus numerosas posibilidades de cocción.
Debes saber que existen diferentes tipos de ellas, y en
función de su color, longitud y grosor serán más o menos apropiadas para la
receta.
Las más pequeñas, o zanahoria baby, son suaves y tiernas, y suelen usarse como guarnición o para
preparar en vinagre como pepinillos.
En mermelada, untadas en tostadas
o si quieres dar un rico toque agridulce como guarnición de alguna carne.
La archiconocida crema de zanahoria que mejora sustancialmente con patatas, queso.
En ensalada una vez
eliminada la fina capa exterior, y en crudo, ralladas finas, tipo juliana o en
daditos.
Para estofados, en
rodajas, con una buena carne magra de ternera.
Cortada en bastoncitos,
para comer como dips o snacks.
Se pueden cocinar al
vapor, y servirlas con mantequilla o terminar de blanquearlas con nata.
En caldo, enteras y son exquisitas
gratinadas al horno con bechamel y con queso gruyere rallado.
Y por supuesto, no puedes dejar de probar el pastel de zanahorias con frosting de queso.
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